5 mitos de la actividad física y el ejercicio
A pesar de la abundante evidencia a favor de la práctica de actividad física, existen aún múltiples creencias acerca de sus beneficios, aplicaciones y modos de práctica. Por ejemplo, mitos acerca de la intensidad y frecuencia necesarias a la que debe realizarse, la relación del ejercicio de fuerza con el riesgo cardiovascular y la masa grasa entre otros. Aquí los exponemos y desmentimos, explicando porque no son verdad.
“Un agente que baja el colesterol y los triglicéridos, baja la presión arterial, mejora la circulación, es diurético, controla el apetito, baja de peso, baja el azúcar en sangre, ayuda a controlar el estrés, la ansiedad y la depresión… También previene la osteoporosis y algunos tipos de cáncer”.
William C. Roberts – Editor in Chief. American Journal of Cardiology, 1984; 53; 261-262.
1. Primer mito: “Hacer cualquier ejercicio es siempre beneficioso para la salud, sin importar el tipo de persona y la presencia de alguna enfermedad”
FALSO: La actividad física de intensidad suave a moderada es beneficiosa para la gran mayoría de las personas, sin embargo, existen consideraciones especiales para algunas personas que presentan enfermedades cardiovasculares, metabólicas y osteomusculares, tales como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, enfermedad aterosclerótica u osteoartrosis entre otras. Todas ellas, requerirán recomendaciones más específicas y la valoración por un especialista en medicina deportiva quien realizará la prescripción de un plan de ejercicio y podrá guiar y acompañar a la persona.
2. Segundo mito: “Practicar deportes intensos el fin de semana es bueno para la salud”
FALSO: Aunque es preferible practicar alguna actividad física que ninguna, esta debería ser de intensidad suave a moderada y de corta duración especialmente cuando se está empezando a practicar. Sin embargo, según la definición de deporte, este implica una mayor exigencia física e incluso tensión emocional que, sumada a factores de riesgo cardiovascular, podría convertir esta práctica en el punto desencadenante de eventos adversos o lesiones incluyendo la muerte súbita. Esta es una de las razones para tener en cuenta la recomendación internacional de al menos 30 minutos de actividad física moderada 5 días por semana para obtener todos sus beneficios y disminuir sus riesgos.
3. Tercer mito: “La actividad física aeróbica es la única que mantiene una buena salud cardiovascular”
FALSO: El entrenamiento de la fuerza muscular también hace parte del cuidado del sistema cardiovascular. El fortalecimiento además de mejorar la condición osteomuscular contribuye también a disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular, controlar el peso corporal y mantener una adecuada composición de este. Adicionalmente, previene la aparición de osteoporosis y la disminución de la masa muscular (sarcopenia) tanto en hombres como en mujeres. Todas estas, son razones para incluir entrenamiento de fuerza durante todas las etapas de la vida, utilizando cualquiera de los muchos medios y métodos para hacerlo: máquinas, pesas, bandas elásticas, peso corporal entre otros.
4. Cuarto mito: “Sudar de manera abundante sirve para perder peso y, por tanto, utilizar medios que incrementen la sudoración contribuye con este objetivo”
FALSO: Si bien al realizar ejercicio intenso y/o de larga duración, la comparación del peso antes y después de una sesión puede mostrar una disminución inmediata, esta pérdida normalmente está relacionada con la pérdida de agua corporal por sudoración principalmente. Esto hace importante aclarar que el sudor en su mayor porcentaje está compuesto por agua y en menor proporción, por sales y en ningún caso, por grasa como a veces se supone. Por esta razón, las prácticas para aumentar la tasa de sudoración, como el uso de plásticos y mucha ropa, por ejemplo, no contribuyen a la “quema de grasa”.
De esta forma, el peso perdido por sudoración debe ser prontamente recuperado hidratándose y se debe contraindicar el uso de estas prácticas que pueden ser contraproducentes al aumentar la tasa de pérdida de líquido y evitar la adecuada regulación de la temperatura corporal.
5. Quinto mito: “El entrenamiento de fuerza hace engordar o endurece la grasa o convierte la grasa en músculo”.
FALSO: Es innegable el gran beneficio que el ejercicio de fuerza tiene sobre todas las funciones corporales y las muy pocas razones que contraindicarían su práctica. Si bien, realizar ejercicios de fuerza puede incrementar el peso corporal total, este aumento de peso es debido al aumento de la masa muscular, tejido metabólicamente muy activo y principal actor en el mantenimiento de la tasa metabólica basal. Por otra parte, es prácticamente imposible “endurecer la grasa” o “convertir la grasa en músculo” ya que la grasa y el músculo son tejidos de origen celular y embriológico diferentes.
En MoviendoSE nos gusta la ciencia y la práctica médica responsable y amable. Nos apoyamos en el conocimiento y la evaluación médica completa para prescribir ejercicio y acompañar a las personas.
Por:
Dra. Julie Leon
Especialiste en Medicina del deporte.